Restaurante con espectáculos de Magia

Como el sombrerero loco aparece el sobrio Char Berty, que es el primero en hacer que de una de sus chisteras en llamas aparezca una paloma blanquísima. No es lo único que brota del sombrero que pasa más tiempo entre sus manos que sobre su cabeza. Durante su actuación, el hiperactivo sombrero de copa escupe al son de una banda sonora cintas de colores, más palomas, fuego, chispas de luz y, por fin, casi al término de su actuación, un enorme, tranquilo y melenudo conejo blanco que el mago acerca a los espectadores de las primeras filas para que comprueben que no es un peluche. Los mayores ríen con las bromas de Char Berty al voluntario que sale al escenario para ayudarle a cortar pañuelos que se remiendan a golpe de varita y abracadabras. Algunas señoras gritan de alegría al comprobar que la paloma aparentemente chafada en la caja de música activada por otro voluntario vuelve a recuperar sus tres dimensiones tras pasar por las páginas de "El libro de la Vida", del que sale volando hasta posarse en el dedo que le ofrece el mago.

Extraído del diario de Ibiza en su edición del Domingo 27 de diciembre de 2009.